[3] Los centriolos son pequeñas estructuras en forma de barril, que están relacionadas estructuralmente (y pueden inter-convertirse) con los cuerpos basales, que por su parte son esenciales para la formación de cilios y flagelos.
[4] El material pericentriolar que rodea los centriolos tiene un aspecto fibroso[5] y, en un centrosoma humano, contiene más de 100 proteínas diferentes.
[8] En la mayor parte de las especies animales, el espermatozoide contribuye a la formación del embrión aportando un juego de cromosomas y, según las especies, uno o dos centriolos, que se combinan con proteínas presentes en el ovocito para reconstituir un centrosoma funcional.
[4] Una vez formado el primer centrosoma en el embrión, este orgánulo debe duplicarse y segregarse en cada ciclo celular de manera sincrónica con el genoma.
[9] Fue visualizado en primer lugar por Walther Flemming en el mejillón de agua dulce en 1875,[10] así como por Edouard Van Beneden y A. Neyt[11] quienes observaron el "corpúsculo central" en el interior de los áster en embriones del nematodo parásito Parascaris equorum, el centrosoma fue descrito por vez primera por Theodor Boveri en el mismo organismo en 1887,[12] quien lo definió como un "orgánulo especializado en la división celular".
En una célula en división (fase M), en cada extremo del huso mitótico se encuentra un centrosoma, compuesto por dos centriolos posicionados ortogonalmente (en un ángulo de 90°).
Al final de la fase M, los 2 centriolos se separan en un proceso denominado "desacoplamiento" (o "desorientación").
Durante el ciclo celular, los mecanismos que aseguran la replicación del ADN y la correcta segregación de los cromosomas son fundamentalmente post-traduccionales: fosforilación y proteólisis (véase también regulación de la progresión del ciclo celular).
[24][25][26] Por su parte, la proteólisis tiene lugar al final de la mitosis, cuando se rompe la estrecha asociación existente entre los 2 centriolos en cada polo del huso.
Esta observación inicial se ha extendido posteriormente a muchos tipos de tumores humanos.
[30][19] Aunque estas estructuras pueden parecen similares entre sí, estudios detallados revelan que pueden presentar propiedades muy diferentes, en función de su composición proteica.