La cromátida o cromátide[1] (del griego χρώμα, chroma, coloreado) es cada una de las dos unidades longitudinales del cromosoma ya duplicado (con forma de X) que está unida a su cromátida hermana por el centrómero.
Previo a que se produzca una división celular (ya sea mitosis o meiosis) esta estructura filiforme duplica su cadena de ADN y se muestra como la figura tradicional de una X a la cual también se sigue llamando cromosoma, pero que en rigor es un cromosoma duplicado (o sea, son dos cromosomas para dos células hijas).
Estructuralmente, cada cromátida está constituida por un esqueleto proteico de histonas, situado en el interior del nucleosoma, alrededor del cual se disponen muy compactadas el ADN y las proteínas no histónicas que forman el cromosoma.
El cromonema (del griego χρώμα, chroma y nema, hebra) es la estructura filamentosa que compone cada una de las cromátidas hermanas.
Es la sustancia que compone químicamente a los cromosomas, en donde están ubicados los centriolos gaméticos.
Las líneas que unen los polos forman el huso acromático, y pasan por cada centrómero.