Central Tejo (vida obrera)

Nada de todo el funcionamiento de la Central Tejo, así como la evolución eléctrica de la ciudad serían posibles sin las personas que pusieron en marcha toda la maquinaria y que trabajaron día y noche para que, esta, no se detuviera nunca.Debido a que el consumo de electricidad en la ciudad era continuo, las calderas no podían tampoco descansar.Tener tanta mano de obra operaria en un mismo lugar industrial de gran complejidad comportaba una necesaria estructuración laboral y una estricta división de trabajo, la cual estaba subdividida en cada sala y donde, además, se encontraban yuxtapuestos los trabajos más duros con aquellos más soportables.Sin lugar a dudas, los trabajos más penosos eran los realizados por los chegadores, fogueros y extractores de ceniza de los cinzeiros o, lo que es lo mismo, los que se encontraban maniobrando directamente en las calderas.Pero peor era, aún más, el trabajo realizado bajo las calderas, a la zona de los cinzeiros.
Maniquí de foguero (chegador) empujando el carbón en la parte de atrás de una de las calderas de alta presión.