Estas edificaciones, a modo de templetes, fueron también utilizadas por los paganos con el mismo fin.
Sin embargo, en el caso de los mártires cristianos, estas capillas, ya sea por encima o por debajo del suelo, se suelen llamar martyria (en singular, martyrium, "testimonio") o confessiones.
En un principio, la capilla, aislada, se edificaba al aire libre, sobre las cristianas u otros lugares dedicados a espacios funerarios.
[3] Lo más común era con uno o tres ábsides, denominándose entonces de planta trebolada.
Estas cellas se consideran el antecedente arquitectónico del presbiterio.