Cecilia Porras

Cecilia Porras jugó un papel importante en el arte nacional, por su participación en la escena artística de la época en Colombia a mediados del siglo pasado.

El Grupo Barranquilla representó para ella un espacio de reafirmación, un escenario privilegiado que le permitió obtener una formación más amplia y abierta.

[5]​ Porras entra al Grupo Barranquilla como pintora y busca su permanencia por sí misma lo que representa un corte fundamental, un quiebre con el imaginario de lo femenino dentro de un marco social en un medio en el que las mujeres no debían destacarse y de lograrlo, siempre se veían relegadas a obtener distinción por medio del hombre.

Su apuesta personal busca la configuración de un nombre propio sin acudir a discursos altruistas.

Con todos los cambios y las nuevas aperturas al campo artístico y cultural del país Porras junto con sus colegas de la costa Caribe hacen un aporte en el nuevo proceso de redefinición en el arte en Colombia, si bien la generación de artistas pasada había hecho grandes contribuciones en este campo, los años cincuenta se consideran un periodo determinante para la consolidación del arte moderno en el país.

Haciendo explícitos los elementos de modernización social referentes al papel que desempeñaba la mujer en este período y sus comportamientos.

Vale la pena aclarar que las mujeres de esta época; blancas pertenecientes, a la clase alta y la región Caribe colombiana, no tenían aspiración de ser profesionales o asistir a la universidad, tampoco ejercían oficio alguno; su tarea fundamental era la maternidad, el cuidado, los eventos sociales o la ayuda a causas de orden filantrópico.

[5]​ En 1945, participó en el primer salón de artistas costeños en Barranquilla, un grupo de artistas consagrados que se consolida en el mismo año, más conocido como grupo Barranquilla, el cual cuestionaba las herencias premodernas, luchaba desde el arte, la crónica, la literatura y el cine introduciendo elementos disidentes en sus búsquedas artísticas, en propósito de generar una conexión real con los diferentes movimientos modernistas del arte en el siglo XX, que se estaban gestando y consolidando alrededor del mundo.

El grupo Barranquilla del cual Porras hacía parte, mostraba un claro interés por distinguir su propio campo de acción cultural y así mismo legitimarlo.

Desde 1948 hasta 1957 Porras se consolida como artista en Colombia, esto es fundamental, debido a que se abre paso a ser una mujer en el arte con influencia, destacada en una nueva generación de artistas, la cual se afianza en algunos de los subcampos en el arte, como lo es la crítica cuando en la escena nacional aparecen nuevos personajes que sin duda tendrán una visión más seria e informada sobre cómo hacer crítica en el arte, en su mayoría extranjeros.

[4]​ En 1955, Cecilia Porras hace su primera exhibición individual, en la Galería el Callejón en Bogotá, esta exposición tuvo una gran acogida por la crítica.

A medida que Porras definía sus lenguajes plásticos, que irrumpían emancipándola de su período inicial fue consolidando nuevos espacios de legitimación y participación en el campo artístico, lo que le permitió desempeñarse en diferentes áreas como ilustradora, docente y artista, además de exponer y estar en vehemente contacto con otros compañeros en el arte, participando de proyectos colectivos e individuales lo que la llevó a tener mayor reconocimiento en la crítica.

Cecilia Porras, Rebeca y Eliezer s.p. Óleo sobre lienzo 83x120cm
Cecilia Porras, la inmaculada Concepción s.f. Óleo sobre cartón. 93x47cm
Cecilia Porras 1954. Óleo sobre lienzo, 75x54cm
Cecilia Porras, paisaje 1958. Óleo sobre lienzo. 88cmx55cm
Cecilia Porras. Castillo de San Felipe, 1967. Témpera sobre cartón 30x40cm