Luego fue a San Francisco, donde tuvo contacto con la literatura norteamericana, que más tarde influiría mucho en su carrera.
En 1980, volvió a Río de Janeiro, donde trabajó como fotógrafo e incursionó en la actuación con el grupo teatral Asdrúbal Trouxe o Trombone y fue un asiduo del legendario Circo Voador.
Allí, fue observado por el entonces novato cantautor Léo Jaime, quien lo presentó a una banda de rock que buscaba un vocalista, Barão Vermelho.
También versionó a otros representantes de la música popular brasileña (MPB), con interpretaciones como «O Mundo é um Moinho» (Cartola), «Cavalos Calados» (Raul Seixas) y «Esse Cara» (Caetano Veloso).
Las canciones «Exagerado», «O Tempo não Pára» e «Ideología» fueron algunos de sus grandes éxitos, que lo convirtieron en un ícono y una gran influencia para los músicos brasileños posteriores, y en una figura que poco a poco comenzó a ser descubierta por músicos de otros rincones de América del Sur, como Pedro Aznar, Gabriel o Pensador, Bersuit Vergarabat, Lucinha Araújo, entre otros.