Cautiverio de Asiria

A diferencia con el cautiverio de Babilonia, se sabe poco del destino de los cautivos y no se registra un edicto extranjero que les concediera permiso para regresar y reconstruir su tierra natal.[5]​ Del mismo modo, se ha hallado una inscripción asiria, en escritura cuneiforme, que recoge el número de cautivos que se tomaron en Samaria, la capital del reino septentrional de Israel, por Sargón II: 27,290.También se ha propuesto gran parte de la población permanecería in situ, y los deportados serían sólo una minoría.[8]​ Por otra parte, arqueológicamente hablando, se sabe que la conquista estuvo acompañada de destrucción y abandono a gran escala en muchos sitios israelitas.[9]​ Existen también algunos textos cuneiformes que documentan la presencia de israelitas en Asiria tras las deportaciones.30) al menos una parte del pueblo del reino septentrional de Israel no fue al exilio, y fueron invitados por el rey Ezequías a celebrar la Pascua judía en Jerusalén; los correos que envió para ello recibieron burlas en su paso por los territorios de las tribus de Efraim, Manasés y Zabulón.Eruditos bíblicos como Umberto Cassuto y Elia Samuele Artom suponen que Ezequías había anexionado al reino de Judá esos territorios con la población que quedaba en ellos.[14]​ Los eruditos bíblicos Umberto Cassuto y Elia Samuele Artom suponen que los nombres de esas dos tribus son una referencia al resto de las "diez tribus" que no se había exiliado y fue absorbido en la población judía (cf.
Rutas de los cautivos