San Lorenzo O´Toole, que fue en 1152 el primer arzobispo irlandés, comenzó la ampliación y reconstrucción de la catedral nórdica.
Esta catedral poseía una gran número de criptas utilizadas como cimientos, lo que implicó la inestabilidad del edificio y a la postre derrumbes, así como constantes reparaciones.
Ha sido rehabilitada recientemente y se halla en la actualidad abierta al público.
Contiene varios objetos históricos, una escultura que hasta finales del siglo XVIII se encontraba a las afueras del Tholsel (el ayuntamiento medieval de Dublín, que ya no existe) y un conjunto de cirios que fueron utilizados en la última ocasión en que la Catedral fue usada bajo el rito romano, cuando el rey católico Jacobo II de Inglaterra, tras huir de Inglaterra en 1690, se dirigió a Irlanda para luchar por el trono y acudió a una misa solemne en la Catedral.
En 1670 se hicieron seis nuevas campanas para la torre fundiendo varios cañones.