Catedral de Siracusa

Como la mayoría de las iglesias barrocas sicilianas, la fachada tiene la típica forma convexa e impresionantes escalinatas combinadas con elementos del barroco español, ya que durante esta época Sicilia aún pertenecía a la Corona de España.

En proporciones y elementos compositivos es idéntico al orden corintio, con dos salvedades: la basa es más rica en molduras y se asemeja a un capitel dórico invertido, mientras que el capitel es una mezcla o composición (de ahí el nombre del orden) del capitel jónico y del corintio.

El dintel del portón es una moldura muy compleja donde abundan las curvas y los motivos florales.

A los lados del portón, dos columnas de capitel compuesto encuadran el portón al conjunto y otras dos columnas idénticas pero proporcionalmente más grandes sostienen el frontón fragmentado que hay a más altura.

Estas son compuestas de pequeños cristales con formas geométricas, donde predominan los triángulos y hexágonos.

También son adornadas con dinteles y también están encuadradas al conjunto mediante las columnas de capitel compuesto que tienen a sus lados.

Todo esto en el conjunto de adornos y dimensiones ya mencionadas anteriormente tienen una simbología religiosa muy concreta.

La estatua de la Virgen María embarazada del Niño Jesús con las manos en el corazón.

Se le colocó en esta posición por motivos de la contrarreforma, como veremos más adelante.

En la primera capilla a la derecha se encuentra la pila bautismal sujeta por bellos leones de bronce.

Los cristianos tenían orden de destruir cualquier templo pagano o en su defecto reconvertirlo en uno cristiano, así que lo que hicieron fue crear arcos en la cella interior y con esa piedra sobrante cubrieron los espacios entre las columnas exteriores del templo, gracias a esta reconstrucción se conserva la estructura original y la disposición de sus columnas jónicas (6 frontales y 14 laterales).

Durante la segunda mitad del siglo, Francia aprovechó la debilidad militar española y ejerció una continua presión expansionista sobre los territorios europeos regidos por Carlos II.

Posteriormente, la política centralista del conde-duque de Olivares provocó numerosas sublevaciones en Cataluña, Portugal, Andalucía, Nápoles y Sicilia.

La rebelión catalana fue sofocada el año 1652, mientras que la sublevación portuguesa desembocó en la independencia de ese país (1668).

La miseria en el campo arrastró a muchos campesinos hacia las ciudades, donde esperaban mejorar su calidad de vida; pero en las ciudades se vieron abocados al ejercicio de la mendicidad cuando no directamente a la delincuencia.

Vista lateral donde se aprecian columnas del templo griego antecedente a la catedral.
Detalle de la fachada
Planta de la catedral cuando aún era el templo de la diosa Atenea .