[4] Justo Gallego dedicó más de 50 años a construir la obra hasta su fallecimiento; a excepción de algunas ayudas esporádicas todo lo hizo con sus propias manos, sin tener ninguna formación relacionada con la construcción.
De hecho sus estudios primarios quedaron interrumpidos al estallar la guerra civil española.
Aunque su constructor la denomina catedral, y así es conocida, en realidad no es un templo, al no estar consagrado ni ser reconocido como tal por la diócesis de Alcalá de Henares.
Estos ladrillos, defectuosos, los recogía Justo Gallego en una fábrica cercana que los desechaba.
Las pechinas, que deberían en la práctica sostener la cúpula, no son estructurales y se encuentran a medio construir, con posibilidad de desprendimiento.
Comenzó los murales del edificio con 19 años y los abandonó a los 20 ya que Justo Gallego no le permitió seguir.
Se pueden ver muchas columnas realizadas de una forma totalmente artesanal.
En esta parte del terreno se pueden observar varias edificaciones llamativas.
Según el origen de Justo Gallego, podemos intuir que podría ser un corral o incluso un granero, ya que en su casa original, Justo tenía estas dependencias y su planta correspondería.
A su lado también se encuentran otras dependencias mucho menos construidas.