La Catacumba de los Santos Marcos y Marcelino es una catacumba romana situada entre la Vía Apia y la Vía Ardeatina, en el moderno barrio Ardeatino de Roma.
En las fuentes antiguas, esta catacumba era conocida con el nombre de "Cementerio di Basileo ad sanctum Marcum et Marcellianum.
Tras el Edicto de Milán del año 313, la catacumba pasó a llamarse con el nombre de los más conocidos mártires cristianos enterrados allí, Marcos y Marceliano.
Hay otros casos documentados en los que ambos nombres -del propietario y de los mártires- pasaron a las fuentes.
La catacumba fue visitada por primera vez, tras un largo periodo de olvido durante la Edad Media, por Antonio Bosio, que la cita en su obra Roma Sotterranea (principios del siglo XVI).