Esta fue construida por Iberdrola en 1952, justo en el punto en el que el Duero comienza a ser internacional.
Castro, la primera parte de su nombre, deriva de que en el cerro contiguo al casco urbano por el oeste existió un asentamiento humano fortificado, lugar que las gentes del lugar siguen llamando «Los Castros».
Destaca la iglesia del pueblo, de estilo románico, construida con piedra de la zona, la Ermita restaurada hace pocos años, la escuela convertida en un centro de reunión y ocio, así como en el término las peñas (Peña el Moro, Peñas los Moros, Buraco los Fornicos) y las tres fuentes romanas que rodean el pueblo (Fuente Nueva, Las Heras y Las Suertes).
Asimismo, cabe destacar el Alto de los Castros, que está pegado al pueblo y es un buen observatorio.
Asimismo, los vecinos construían las casas con sus propias manos con materiales de la zona, sobre todo piedra y adobe.
Cuando Iberduero decidió hacer la presa, y empezaron los trabajos, Castro cambió de fisonomía.
De este modo, el trabajo tradicional del pueblo pasó a un segundo lugar.