Para acceder de una planta a otra existía una empinada escalera que iba por el interior del muro.
Rodeando la torre había una barbacana cuadrangular de un metro de espesor y cuatro torretas a las esquinas y junto a la puerta, situada al noroeste.
Toda la construcción, tanto la torre como la barbacana, estaba hecha a través de sillarejo calizo reforzado con piedra sillar en las esquinas.
En el siglo XVI ya aparecía abandonado de sus funciones militares y posteriormente sirvió como ermita adscrita a la localidad.
Fue dinamitada y destruida por los lugareños durante la guerra del Francés para evitar que cayese en manos y fuera usado por las tropas fieles a José I.