Las primeras referencias a la importancia regional de la leyenda datan del siglo XVII.
No se sabe desde cuando el castillo y sus calabozos, conocidos como Goloturm, están particularmente asociados a la leyenda.
Un año más tarde, el arzobispo y príncipe-elector Johann Hugo de Orsbeck encargó a su futuro maestre de construcciones en la corte Philipp Honorius von Ravensteyn reconstruir y ampliar el edificio.
Además de caballerizas y establos, fue construida una puerta en el llamado kleinen Burghof ("pequeño patio").
Como señal de su involucración como constructor, se conservan hasta la actualidad sus armas en el portal barroco que da acceso al castillo desde la ciudad.
La comunidad desistió de hacer valer sus derechos en el juicio para no agravar la relación entre las confesiones.
Cadenbach construyó nuevamente sobre las ruinas, por lo que su tribunal estuvo temporalmente ubicado en edificios del castillo.
[2] En el sótano abovedado existía anteriormente un calabozo, dotado de dos celdas en las cuales estuvieron detenidos criminales y prisioneros políticos.
[5] En el lugar donde se yerguen actualmente los edificios residenciales barrocos se situaba antiguamente, en la sección norte del complejo, el edificio residencial principal que ocupaba toda la anchura del castillo principal.
El castillo de Genoveva alberga asimismo la Eifelbibliothek (Biblioteca del Eifel), que contiene 10.000 volúmenes.