Toda la estructura y disposición del castillo está determinada por su función defensiva, observándose una estricta compartimentación de los distintos recintos: hay incluso aspilleras en dependencias interiores.
Salpicadas por los muros se abren algunas troneras para armas de fuego portátiles.
El señorío se sucedió en sus descendientes los condes de la Puebla del Maestre.
Los sublevados se hicieron aquí fuertes hasta la llegada del marqués de los Vélez, y huyeron después a las montañas vecinas.
El castillo fue reconstruido durante el siglo XVII para restablecer el orden y favorecer la repoblación.