Tan sólo el lado Oeste tiene un desnivel escaso, de unos 4,85 metros, por lo que el acceso al castillo se debía hacer por esta zona.
El recinto exterior del castillo sólo tuvo fortificaciones de algún tipo en la cara Oeste del peñasco, aunque están totalmente destruidas, tal vez debido al empleo masivo de artillería que se hizo en su reconquista por los castellanos en 1485.
El interior del castillo es bastante tosco, con mampostería menuda y mucho mortero de yeso.
El alcazarejo se forma por una meseta sobrealzada que estuvo rodeada de parapetos y quizás nivelada con tierra.
[2][3][4] Según J. Vallvé y F. Vidal tanto "Qanbil" como Alhabar aparecen citados por primera vez en el s. XII por un problema de aguas.