En la actualidad, la meseta está plantada de olivar y se ha construido un palomar en la cima.
En la parte alta de la colina se ha identificado una pequeña estructura en ángulo que sobresale 40 centímetros del suelo, pudiendo tratarse de una esquina del muro que insinúa el trazado rectangular.
[7] Recientemente se ha identificado una estructura circular en mortero de cal que bien podría ser un aljibe o una cisterna.
[7] Determinados aspectos constructivos del castillo, como la planta rectangular (siguiendo la planta de un primitivo campamento romano) y la existencia de cerámica romana en superficie, han llevado a Juan Eslava a otorgar al yacimiento un origen en época romana, sobre el que se situaría más tarde un asentamiento musulmán y posteriormente otro cristiano del siglo XIII, al que corresponderían los restos que podemos apreciar actualmente en el castillo.
A pesar de ello, parece que la zona se iría despoblando paulatinamente.
La proximidad a la frontera nazarí y la pobreza de las tierras no resultaban atractivas para los repobladores castellanos.
[7] Los restos cerámicos también dan fe de esta situación, no constatándose fragmentos posteriores al siglo XIII.