Castillo de Edo

es un castillo japonés construido en 1457 por Ōta Dōkan en lo que hoy es Tokio, conocido en ese entonces como Edo.

[1]​ Tokugawa Ieyasu[1]​ se mudó de Mikawa a un Kanto recién arrebatado a los Hōjō, quienes originalmente se lo arrebataron a los Uesugi durante el Asedio de Edo, (aceptando la oferta que le había hecho Toyotomi Hideyoshi) en 1590, durante el periodo Azuchi-Momoyama, estableciendo su base en Edo.

Durante la Restauración Meiji, tras ser depuesto el último shogun Tokugawa Yoshinobu, el castillo se convirtió en la residencia imperial.

En ausencia del shogún la disciplina marcial era impuesta por los defensores, llamados rusui.

[2]​ El castillo, centro administrativo de la ciudad, era una gran fortaleza cuyo espacio central ocupaba cerca de 73 hectáreas, suficiente para albergar a 260 daimio y en torno a 50.000 soldados.

Poseía un foso excavado en espiral que bebía de las aguas del río Sumida.

[3]​ Los fosos interiores rodeaban las mansiones de los principales oficiales del ejército fieles al shogún, mientras que el resto de oficiales ocupaban posiciones periféricas dentro del complejo fortificado, aunque estaban protegidos por los fosos exteriores.

Plano general de 1849.