Los muros alternan el tapial y la mampostería de piedra arenisca, trabadas con argamasa blanda de cal y arena, aunque en algunas zonas, concretamente en el muro Norte, el mejor conservado, se puede constatar que los mampuestos han sido concertados mediante cajones, pudiéndose observar aún en este muro varias tongadas de altura.
Se conservan varias torres, situadas en las esquinas del recinto, todas ellas de mampostería.
En cuanto a restos materiales, son muy abundantes los constructivos, especialmente la teja en la ladera Noroeste del cerro, cabiendo la sospecha de que pudiese haber algún poblado anejo a la fortificación en este sector.
[2] Estas ruinas han sido identificadas por Tomás Quesada como las del Castillo de Neblín o Ablir que aparece en las fuentes escritas medievales, siempre junto al cercano Castillo de Chincóyar.
[4][5] Desde estas fechas, nunca más se volverá a citar en las fuentes escritas este castillo.