El ataque se realizó utilizando la llamada «técnica argelina»:[2] los dos terroristas seguían en motocicleta al Dodge Dart del Ejército de Tierra en el que viajaba el general.
Cuando el vehículo se detuvo en un semáforo, a la altura del número cinco de la calle Conde de Peñalver, la moto se situó a su lado y el acompañante colocó sobre el techo del coche una bolsa que explotó segundos después mientras ambos terroristas huían.
[12] Se especula que el dueño de la empresa de alquiler se sintió extrañado por la prisa que tenían los tres viajeros y comunicó sus sospechas a la Guardia Civil por si pudieran ser los terroristas que habían cometido el atentado en Madrid días antes y cuyos retratos robot aparecían en prensa y televisión.
[11] La versión oficial de la Guardia Civil indicaba que los detenidos se trasladaban a Madrid dentro de su propio vehículo, conducido por un guardia y vigilados por otro en el asiento del copiloto.
[15] El teniente Manuel Gómez Torres y el guardia Manuel Fernández Llamas fueron condenados por los mismos delitos a quince y doce años de prisión respectivamente, con la atenuante de obediencia debida.