La aristocracia arevalense en el poder durante la Baja Edad Media apoyó a los Trastámara en la Guerra Civil Castellana, hecho éste que propició que la localidad cobrase gran importancia política y la frecuente visita de la corte.
También conocería al tesorero y Mayordomo Mayor de la corte, Gonzalo Chacón, a quién la propia reina lo denominaba como su padre.
En 1524 las monjas bernardas del cercano monasterio de Gómez Román en ese momento amenazando ruina, piden traslado a un sitio más seguro.
El alcalde de la villa Rodrigo Ronquillo intercede ante el rey Carlos I que cede las Casas Reales a la orden.
En 1978 fue totalmente demolido ya que aunque no amenazaba ruina se decidió la construcción de viviendas privadas en sus terrenos.