Sus nombres completos eran María del Carmen Celestina Ascencia Salinas y de la Vega, hija del prócer independentista quiteño Juan de Salinas y Zenitagoya y su esposa, la criolla María de la Vega y Nates.
Su padre fue el coronel que en 1809 dirigió la falange armada de la Primera Junta de Gobierno Autónoma de Quito, y que después sería asesinado por los soldados españoles en el Motín del 2 de agosto del año siguiente, cuando Carmen contaba con apenas 3 años.
[1] Después de la muerte del coronel Salinas, y gracias al pedido expreso de las religiosas, su esposa e hija mayor de nombre María Dolores cumplieron sentencia recluidas en el monasterio de La Concepción, evitando así la horca por haber participado intelectualmente del motín, pero no la confiscación de todos sus bienes por orden del presidente de la Audiencia, Manuel Ruiz Urriés de Castilla.
Las hermanas Salinas recuperarían sus propiedades y parte de su fortuna únicamente después de la independencia, restituidas por el mariscal Antonio José de Sucre en 1822.
Su esposo era descendiente por línea materna de los marqueses de Maenza y los condes de Puñonrostro; este último, título al que tenía derecho pero no accedió debido a las leyes expedidas por Simón Bolívar, que después fueron ratificadas por el estado ecuatoriano.