Gracias a la adquisición de las empresas Officine Meccaniche Reggiane e Isotta Fraschini, la firma Caproni logró diversificar su producción, que también abarcó motocicletas y tranvías.
La misma suerte corrieron otras divisiones suyas, como la Caproni Vizzola, que en la década de 1980 fue absorbida por la compañía Agusta.
Giovanni Battista Caproni era originario de Arco, en aquel entonces parte del Imperio austrohúngaro.
Después de completar sus estudios; licenciado en Ingeniería Civil en Múnich, electrotécnica en Lieja e Ingeniería Aeronáutica en París, decide dedicarse a la construcción de aeronaves en Italia, ya que su familia tenía una firme tradición irredentista.
Según este contrato, la firma Reggiane debía construir 300 bombarderos biplanos trimotores de las series Caproni Ca.44, Ca.45 y Ca.46.
Entre los proyectos desarrollados de forma independiente por varios socios, algunos diseñadores tales como Secondo Campini, Luigi Stipa, Ercole Trigona y el ingeniero Chiodi hallaron en Caproni los recursos y la experiencia necesarios para concretar sus ideas.
[5] El período de posguerra estuvo marcado por una profunda crisis económica, que repercutió en la Caproni.
El Caproni Ca.1 fue el primer biplano producido, a partir de cuyo diseño se desarrolló la serie Ca.1-Ca.7, constituida solamente por prototipos.
A fines del mismo año se ordenó un lote de Caproni Ca.18, que fueron suministrados a la 15.ª Escuadrilla de Bombardeo Caproni, la primera unidad en emplear aviones diseñados y producidos en Italia.
En aquel año se diseñó un bombardero biplano trimotor, designado Caproni Ca.30, por la firma, cuyo proyecto contó con el apoyo de Giulio Douhet, comandante del Battaglione Aviatori y uno de los primeros teóricos del bombardeo estratégico.
Su retraso se debió a la oposición del General Maurizio Moris, inspector de la Aeronáutica, que lo juzgaba como un proyecto "militarmente inútil y técnicamente fallido".
Entre 1920 y 1921, Giovanni Caproni se dedicó a un proyecto especialmente visionario, el Caproni Ca.60 Transaereo, un gigantesco hidrocanoa para 100 pasajeros que serviría las rutas transatlánticas, dotado con tres juegos de alas triplanas en tándem situadas sobre su casco.
A pesar de que la Caproni se orientó hacia un mercado aeronáutico más amplio, no se olvidó del apoyo ofrecido por Giulio Douhet, cuya firme confianza en el proyecto del Ca.30-Ca.31 le hizo ganarse su fama como fabricante de bombarderos.
Solamente se ordenó un pequeño lote de cada caza Caproni, pero el Reggiane Re.2000 fue destinado a la exportación.
Los modelos que sucedieron al Ca.310 demostraron ser adecuados para reconocimiento o escolta de convoyes, aunque en este último papel eran muy vulnerables.
Debido al pobre desempeño del Ca.310, los húngaros decidieron reemplazarlo con el Caproni Ca.135, avión no muy exitoso que estaba en servicio con la Real Fuerza Aérea del Ejército Húngaro y que obtuvo algunas victorias en las primeras fases de la Operación Barbarroja.
Su desarrollo continuó hasta que la empresa fue absorbida por la Agusta, pero su producción cesó.
Giovanni Caproni también fue conocido en el campo de la construcción naval, gracias a las embarcaciones y los motores marinos.
Estas embarcaciones fueron exportadas a Turquía, Japón, la Unión Soviética, el Reino Unido y Suecia.
Hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, la Caproni empezó a producir el Siluro San Bartolomeo, que era una versión modificada del torpedo humano SLC Maiale.