En las partes elevadas de los muros se disponen las series del triforio y los ventanales con vidriera, compartidas con los tramos restantes de la nave principal y la nave transversal.
Los autores se inspiraron en el retablo mayor de la catedral de Astorga, realizado por Gaspar Becerra, del que imitan la claridad arquitectónica y la monumentalidad en las imágenes.
Un apostolado al completo representado por bultos redondos se dispone en los intercolumnios, ajustados a los órdenes dórico (primer cuerpo), jónico (segundo cuerpo) y corintio (tercer cuerpo), mientras que las cajas intermedias acogen grandes relieves con pasajes de la vida de la Virgen, ocho en total.
El Calvario y otros bultos exentos se yerguen sobre la cornisa del ático.
En el presbiterio se encuentran colocados seis grandes candelabros de plata que fueron ejecutados en 1757 por el platero salmantino Manuel García Crespo.