Desarrollada la conquista romana del territorio cántabro entre los años 29 a. C. y 19 a. C., los enfrentamientos mantenidos por Roma contra los diversos pueblos del norte hispano (cántabros y astures, principalmente) representaban la culminación de la larga conquista de la península ibérica.
También se les menciona durante el sitio de Numancia llevado a cabo por Cayo Hostilio Mancino, que se dice levantó el sitio a la ciudad al ser informado de que cántabros y astures acudían en su auxilio.
Este fenómeno hace que los indígenas equiparen las cualidades bienhechoras de deidades propias con dioses similares romanos, para lo cual fusionaban ambos nombres.
La romanización de Cantabria se puede considerar como un fenómeno selectivo en el territorio, parejo al del urbanismo.
[4] Al igual que con Julióbriga, Plinio,[5] y posteriormente Ptolomeo,[6] nos daría datos sobre núcleos menores de la Cantabria como son: Concana, Octaviolca (véase Camesa-Rebolledo), Orgenomescum, Vadinia, Vellica, Moreca, Aracillum, Noega Ucesia, Bergida, Acella, Amaia, Tritino Bellunte y Decium.
La antigua Portus Amanum, posteriormente bautizada por los romanos como Flaviobriga con el título de colonia, estaría inserta en territorio autrigón.
Tras las guerras cántabras, y la consecuente ocupación romana de Cantabria, soldados cántabros aparecen formando parte de legiones como la II Augusta, la IX Hispana o la IV Macedonica, tal y como señalan diferentes lápidas funerarias halladas.
[7] Así ha quedado constancia de que en la segunda mitad del siglo I existían dos cohortes formadas exclusivamente por cántabros: una acantonada en Moesia y la otra en Palestina.
Conectando ambas salidas se orientaron varias calzadas transversales que recorrían de sur a norte la región.
Durante el siglo V apenas hay datos de lo que ocurre en Cantabria y únicamente sabemos, por una breve referencia del cronista Hidacio, que 400 hérulos en siete naves atacaron despiadadamente la costa cántabra y de Vardulia en el año 456.
Se desconoce si los reyes merovingios tuvieron éxito en sus conquistas al sur de los Pirineos, se han hallado en Álava restos merovingios en varias necrópolis y estos hechos estarían relacionados con una mayor expansión de los vascones, quizá aliados de los Francos, hacia el Oeste, Vasconización tardía, pero lo que parece probable es que este ducado era importante para el reino visigodo a modo de marca fronteriza desde donde poder lanzar ofensivas contra los vascones y al mismo tiempo poder controlar a un pueblo cuyo sometimiento era inestable y superficial y que no daba suficientes garantías de paz a los reyes visigodos.