El Canon episcopi es un documento eclesiástico medieval que contiene abundantes referencias sobre la brujería.Su principal postura, sin embargo, es que las mujeres implicadas en este crimen no son adoradoras conscientes de Satanás, sino meras practicantes de adivinación a las que el diablo engaña con ilusiones y sueños bajo el disfraz de la diosa Diana (o el espíritu de Herodias).Esta tendencia se mantuvo hasta el siglo XIII y la aparición de la Inquisición y fue recogida en el Decretum de Burchard von Worms.En palabras del antropólogo materialista Marvin Harris: Preocupado por la brujería, Inocencio VIII promulga, el 5 de diciembre de 1484, la bula Summis desiderantes affectibus en la que reconoce su existencia, derogando así el Canon Episcopi.Envía a Alemania a los inquisidores Heinrich Kramer y Jakob Sprenger ("el apóstol del rosario") donde realizará la que es considerada como la primera “caza de brujas” de la historia.