Cancionero general
En el prólogo a la edición de 1511 nos dice que pasó veinte años recopilando los poemas en castellano, su lengua materna, que circulaban por España a finales del siglo XV, hasta que encontró a un mecenas, el conde de Oliva, Serafín de Centelles; a un impresor, Cristóbal Cofman; y a un financiero, el italiano Lorenzo Gavot o Gavoto, dispuestos a invertir dinero y tiempo en la edición de una compilación de poemas y coplas no publicadas hasta entonces, o cuando menos, muy poco difundidas.El Cancionero general fue un auténtico best seller en el Siglo de Oro, con nueve ediciones hasta 1573, pero más tarde cayó en el olvido y no volvió a editarse hasta 1882, en parte porque la censura orilló sus obras más procaces, blasfemas y, en algunos casos, críticas con los estamentos sociales superiores,[1]así como por contener diversas burlas dedicadas a los judeoconversos.Los demás autores, hasta alcanzar el número de 138 que componen el Cancionero (exceptuando las obras anónimas), son del periodo de los Reyes Católicos.Fue luego reeditada numerosa veces durante el siglo XVI, lo que da idea de su éxito y difusión.Obtuvieron tanto éxito que en 1519 se editaron independientemente con algunos otros poemas añadidos, como la Carajicomedia, en el llamado Cancionero de obras de burlas provocantes a risa.