Con posterioridad, el término se extendió para designar a todos los habitantes del archipiélago canario.
[7] Por su parte, los propios aborígenes desconocían su procedencia, tal como refleja el cronista Andrés Bernáldez en su obra Memorias del reinado de los Reyes Católicos.
[11][12] La economía de los antiguos canarios se basaba principalmente en la agricultura, apoyada por una importante actividad ganadera.
Las pruebas arqueológicas apuntan asimismo a la cinofagia o consumo del perro como alimento entre los aborígenes grancanarios.
[nota 3] Los productos del marisqueo y la pesca también eran importantes en la dieta aborigen, existiendo cierta diferenciación social en la práctica de ambos casos, estando la pesca monopolizada por la clase noble mientras el marisqueo era desarrollado por el resto de la población.
Las cuevas utilizadas eran las naturales, que abundan en la geografía insular, así como otras excavadas por ellos mismos en la roca, existiendo posiblemente oficiales especializados encargados de esta tarea.
En algunos casos varias cuevas se comunican entre sí, disponiéndose en el espacio también en diferentes niveles conectados por sendas o escaleras acondicionadas artificialmente.
Estas viviendas llegaron a formar densos asentamientos tanto en la costa como en el interior.
Por su parte, el enterramiento en túmulo se concentraba en las zonas próximas a la costa, en terrenos pedregosos y relativamente llanos, existiendo diferentes tipologías: Un tercer tipo de enterramiento practicado por los aborígenes era la inhumación en fosas directamente excavadas en la tierra.
Las maderas utilizadas en su confección eran generalmente de pino, sabina, acebuche, barbusano y orijama.
Los antiguos canarios tenían una organización política considerada protoestatal, situándose en la cúspide de su organigrama social el guanarteme o rey.
Todos estos cargos eran elegidos por el guanarteme junto a su consejo formado por los nobles más destacados o hecheres-hamenatos.
Según la tradición histórica la isla se hallaba gobernada por numerosos jefes tribales independientes hasta épocas próximas a la llegada de los conquistadores normandos en 1402.
[19] Los aborígenes de Gran Canaria eran deístas, creían en un Ser Supremo creador y sustentador al que denominaban Acorán, Alcorán o Alcorac.
[22] Los antiguos canarios tenían diferentes lugares de culto a los que denominaban almogarén.
[24] Los ritos religiosos eran dirigidos por el faycán, ayudado además por una institución de mujeres «santas» llamadas harimaguadas.
[nota 6] Las islas fueron visitadas posiblemente por marineros fenicios y cartagineses desde el siglo VII a.
C.., aunque no existen documentos ni restos arqueológicos que lo atestigüen claramente.
[28] Además, en 1341 las islas fueron visitadas por una expedición portuguesa formada por navegantes genoveses, florentinos y castellanos enviada por el rey Alfonso IV.
Estas expediciones pudieron hacer razias entre los aborígenes y su ganado, al desconfiar ya estos de los europeos.
Estaba formada por treinta misioneros así como por doce canarios que habían sido capturados con anterioridad y cristianizados a modo de apóstoles.
Arriba a la playa de Gando, donde comercia con los aborígenes durante un tiempo hasta que resulta un enfrentamiento.
Allí los canarios dirigidos por el rey Artemi o por su hijo, les tienden una emboscada y los ahuyentan.
Sin embargo, un grupo de sus hombres decide desembarcar por su cuenta, haciendo retroceder a los canarios tierra adentro.
A partir de entonces se suceden esporádicamente las razias esclavistas en Gran Canaria desde las islas ya conquistadas.
Capitaneada por Fernando de Castro, la expedición estaba formada por doce carabelas con 2 500 infantes y 120 jinetes.
Desde esta posición lleva a cabo varias incursiones contra los canarios del poblado de Telde.
Llegado el rey Egonaiga al cercado, le ofrece a Silva una escapatoria diciéndole que lo tomase prisionero e intercambiara su vida por la de ellos.
[nota 8] Por entonces se suceden varios acontecimientos que convulsionan más aún la vida de los aborígenes.
Asimismo, el guerrero canario Doramas se alza con varios compañeros contra la autoridad del guanarteme y de los guayres.