Los graneros norteafricanos o agadires suelen tener una zona común de almacenamiento, pudiendo estar custodiada por la comunidad a la que pertenece, cuyo uso y mantenimiento es de naturaleza individual.Existen aún los escalones excavados en la roca y se cree que estos serían suplementados con escalas o andamios y cuerdas, que no han dejado rastro arqueológico.Las cuevas se cerraban con puertas de material desconocido, conservándose las marcas.Los huecos de éstos, así como otras ranuras, se sellaban además con una argamasa cenicienta.En el yacimiento se han encontrado ídolos, pintaderas, cerámicas, huesos humanos y cenizas, que se cree pertenecerían a los que custodiaban el granero.Algunos autores confirman que este yacimiento es parecido a los que existen en la zona alta de Marruecos, los cuales siguen utilizándose por los propios bereberes de la zona.[3] Muchos son los estudios llevados a cabo en este yacimiento debido a que, aparte de la gran estructura que contiene, también existen materiales arqueológicos de gran envergadura con los cuales se pueden obtener dataciones y así conocer el período de su utilización.Las dataciones conformadas y llevadas a cabo en torno al año 2014 nos muestra un granero de gran pervivencia, pudiendo ser utilizado desde el siglo xiii hasta el xv, aunque otros autores mencionan un uso mucho mayor y más allá de la ocupación europea.[4] Lo cierto es que estas dataciones también coinciden con las llevadas a cabo en otros graneros, pero más al sur de la isla, tales como Acusa o Guayadeque.