A los prisioneros apenas se les daba comida, y nunca se les ofreció agua potable ni ropa de abrigo o para refugiarse del viento.
Muchos murieron de desnutrición, enfermedades diversas, durante torturas o asesinados.
[1] La suerte desfavorable para las armas republicanas supuso un grave problema para las autoridades francesas durante la guerra civil española.
[3][4] El gobierno francés tenía la preocupación de que, si se desencadenaba una guerra con Alemania, España mantuviera una actitud neutral y no amenazara las posesiones francesas en el norte de África.
También fue utilizadado por los nazis como antecampo para los judíos destinados a campos de exterminio.