Las tropas brasileñas esquivaron las defensas de Angostura por el Chaco, y atacaron las posiciones enemigas por la retaguardia.Los brasileños instalaron en la capital un gobierno títere, mientras López se retiraba progresivamente hacia el interior.Hasta entonces, el Paraguay había logrado con grandes esfuerzos sostener su sistema autónomo de gobierno, el cual – aunque era una verdadera dictadura – sostenía un crecimiento y un desarrollo económicos autónomos, que se apoyaba en un proteccionismo económico muy acentuado.[3] También había logrado sostener sus pretensiones a territorios cercanos, que le eran disputados por el Brasil y la Argentina.[9] En sus primeras etapas, la campaña fue exitosa, pero pronto se acumularon las derrotas: la flota paraguaya fue destruida en la Batalla del Riachuelo,[10] y las fuerzas que habían operado sobre el río Uruguay fueron derrotadas en la Batalla de Yatay, y en el Sitio de Uruguayana.Las bajas en ambos bandos fueron aún mucho más altas por enfermedades que por las batallas: a las pésimas condiciones sanitarias y alimenticias se les sumó una epidemia de cólera.[12] Las operaciones estuvieron detenidas desde septiembre del 1866 hasta julio de 1867, cuando se reiniciaron con una ofensiva aliada.A mediados del año siguiente, sin embargo, se habían producido pocos avances cuando las fortificaciones fueron superadas por la escuadra brasileña.[15] Debido al avance naval brasileño, el presidente López renunció a defender la línea del río Tebicuary, instalando un frente defensivo mucho más cerca de Asunción.La segunda ventaja era que en su extremo oeste, poco al norte de la desembocadura del arroyo Piquisyry en el Paraguay, el río tenía una fuerte curva con un marcado estrechamiento, dominado por una alta barranca, la llamada "Angostura".A principios de diciembre, López contaba con 12.000 hombres para su defensa, en su mayoría adolescentes y ancianos.Desalojaron rápidamente a los 400 hombres comandados por el mayor Rojas, que fue tomado prisionero.[24] Desde Palmas, Caxias pudo observar las fortificaciones paraguayas: el avance por el río Paraguay quedaba impedido por un núcleo de baterías costeras en Angostura, mientras el ataque frontal quedaba también imposibilitado por las líneas defensivas construidas detrás del Piquisiry, y por la inundación permanente de este arroyo, que estaba obstruido por una presa de embalse construida por los paraguayos.Quedaban dos opciones: una era rodear el lago Ypoá, cruzando territorio completamente desconocido pero presumiblemente poblado, y desde allí atacar Asunción.De modo que el comandante brasileño prefirió tantear la posibilidad de ejecutar una marcha estratégica por la costa oriental — el pantanoso límite oriental del Chaco — para evitar Angostura y complementar esa operación principal con un desembarco en Villeta.El grueso de las fuerzas argentinas junto a algunas fuerzas aliadas se movilizó hasta Palmas, pocos kilómetros al sur del arroyo Pikysyry, a las órdenes del general Juan Andrés Gelly y Obes.[26] Gelly terminó por aceptar la decisión y se limitó a insistir en efectuar el desembarque en San Antonio, ya que, según sus informes, Villeta estaba fortificado.Tomado entre dos fuegos, López se vio obligado a enviar tropas hacia el norte de su posición, abandonando la línea fortificada.Brevemente pensó en levantar una nueva línea fortificada, pero el avance brasileño no le dio tiempo siquiera a iniciarlo, por lo que abandonó la idea.Además cayeron en manos de los brasileños unas 300 mujeres, que fueron maltratadas, y algunas violadas por los soldados.Éste reunió a sus hombres en una última posición defensiva, en las Lomas Valentinas, justo al norte del Piquisiry.Gelly y Obes avanzó hacia el norte, encontrando una parte de la línea defensiva paraguaya desguarnecida, lo que le permitió llegar a Villeta, pasando entre las fortificaciones que rodeaban a la batería de Angostura y las Lomas Valentinas.Un ataque de Gelly y Obes a las trincheras de Piquisiry, orientado a impedir que las fuerzas paraguayas que las custodiaban se retiraran hacia Lomas Valentinas, no tuvo aparentemente el efecto buscado.El 18, Caxias practicó un nuevo reconocimiento y descubrió los únicos dos desfiladeros que había frente a la línea; considerando inútil rodear la posición, los eligió para su plan de ataque.Con la firma de Caxias, Gelly y Castro, el día 24 fue enviada una intimación a rendirse dirigida al presidente López.[39] La batalla terminó en la masacre de los soldados vencidos, incluidos los que se rendían, en su mayoría niños y ancianos.Las causas de esta huida de una posición totalmente cercada le son generalmente atribuidas a Caxias, aunque los motivos para ello varían sustancialmente: desde el cansancio moral y físico del anciano comandante, hasta el sometimiento a órdenes emitidas por sus superiores en la masonería.En los días siguientes entró el resto del ejército brasileño y algunos pocos contingentes uruguayos.El general argentino Emilio Mitre se negó a ingresar a Asunción, para no[43] Las fuerzas ocupantes tomaron también posesión de algunas poblaciones cercanas, entre ellas Luque, que – un año atrás – López había declarado capital del Paraguay.Las fuerzas argentinas quedaron repartidas entre Villeta y Nueva Burdeos, la actual Villa Hayes, frente a Asunción.
División avanzada de la Escuadra Brasileña, pasando por delante de las
baterías
del
Tebicuary
el 23 de julio de 1868, a las 3 p. m. (
A Vida Fluminense
, n.º 34, 1868).
El cáñón "
El Criollo
" en batería. Los dos oficiales que figuran, uno arreglando el alza y otro observando, son los Comandantes
Lucas Carrillo
, paraguayo, y
Jorge Thompson
, inglés, al servicio de
López
.
Ejército brasileño en el campamento de
Curuzú
, 20 de septiembre de 1866, por
Cándido López
.