Campaña de las Cordilleras

Hasta entonces, el Paraguay había logrado con grandes esfuerzos sostener su sistema autónomo de gobierno, que sostenía un crecimiento y un desarrollo económicos autónomos, que se apoyaba en un proteccionismo económico muy acentuado.

[4]​ También había logrado sostener sus pretensiones a territorios cercanos, que le eran disputados por el Brasil y la Argentina.

Desde el punto de vista paraguayo, el quiebre de ese equilibrio ponía en peligro su autonomía económica y dificultaba sus esfuerzos por evitar que los territorios en conflicto fueran anexados por sus poderosos vecinos.

[5]​ La Guerra en respuesta a la invasión del Uruguay por tropas brasileñas, desoyendo el reclamo paraguayo para que no lo hicieran.

[10]​ En sus primeras etapas, la campaña fue exitosa, pero pronto se acumularon las derrotas: la flota paraguaya fue destruida en la Batalla del Riachuelo,[11]​ y las fuerzas que habían operado sobre el río Uruguay fueron derrotadas en la Batalla de Yatay, y en el Sitio de Uruguayana.

[13]​ Las operaciones estuvieron detenidas desde septiembre del 1866 hasta julio de 1867, cuando se reiniciaron con una ofensiva aliada.

A mediados del año siguiente, sin embargo, se habían producido pocos avances cuando las fortificaciones fueron superadas por la escuadra brasileña.

Los brasileños instalaron en la capital un gobierno títere, mientras López se retiraba progresivamente hacia el interior.

En Caacupé se instaló un nuevo campo de entrenamiento, dirigido por los generales Caballero y Resquín.

Ya contaba con un total de 13.000 hombres, aunque en su mayoría eran niños, ancianos y heridos.

Los hombres más útiles eran los prisioneros capturados durante la campaña del Piquisiry, fugados de las precarias prisiones en que habían sido alojados.

[18]​ Tras la captura de Asunción, el general Caxias decidió dar por terminada la guerra: para Caxias, cumplido el objetivo de ocupar Asunción y expulsar a López sin dejarle un ejército con que pudiera retornar al poder, la guerra ya no tenía sentido.

En una operación especial, ejecutada el 9 de junio, la fundición fue minuciosamente desmantelada, incendiada e inundada por los brasileños.

Un camino mucho más largo pasaba por el pueblo de Sapucai, y luego subía una empinada cuesta hasta Valenzuela.

Al oeste de este pueblo se encuentra Piribebuy, donde López había apostado su ejército.

Simultáneamente partieron hacia la misma zona dos columnas, una por el norte, buscando alcanzar Caacupé, lo que les fue imposible.

Frente al desfiladero de Ascurra, el Conde D’Eu dejó la división argentina y una reserva brasileña – al mando de Emilio Mitre – que amenazó con avanzar en línea recta sobre Piribebuy.

López había perdido la oportunidad de atacar al ejército en su ascenso a la sierra, y el resto del camino fue cuesta abajo.

El pueblo fue cercado e intimada la rendición al teniente coronel Caballero, quien contestó: Según las fuentes paraguayas, allí combatieron unos veinte mil aliados (casi en su totalidad brasileños) contra mil seiscientos defensores y un centenar de mujeres a las que se recuerda como "Las Heroínas de Piribebuy".

Al amanecer del 12 de agosto, previo bombardeo, se inició el ataque.

La batalla duró cinco horas, ya que las fuerzas aliadas fueron rechazadas por dos veces.

El general brasileño Juan Manuel Mena Barreto, que iba a la cabeza de las fuerzas aliadas para envalentonar a sus huestes, fue herido de muerte a orillas del arroyo Mboreví por una bala de fusil en la ingle, disparada por el cabo Gervasio León por orden del capitán Manuel Solalinde.

[1]​ No obstante, Caballero y algunos soldados alcanzaron a retirarse de Acosta Ñu.

[31]​ Mientras tanto, la escuadra paraguaya — apenas 8 vapores, que habían sido utilizados como auxiliares hasta el comienzo de la campaña del Piquisiry — eludía sistemáticamente a la brasileña.

La presa principal era la cañonera Anhambaí, capturada por los paraguayos durante la Campaña del Mato Grosso.

Este río jamás volvería a ser navegable, y los buques nunca fueron recuperados por los brasileños.

[35]​ Iniciado un nuevo juicio, basado en la confesión de un miembro de la escolta presidencial, que declaró que había planeado matar al presidente, fueron condenados a muerte muchos reos, entre ellos su hermano Venancio López, aunque su ejecución fue suspendida por segunda vez; moriría a principios del año siguiente, en prisión.

Negándose a entregar su espada, fue herido por otro soldado que lo ultimó de un tiro al corazón.[n.

Representación artística de la Batalla de Tuyutí (1866, por Cándido López ).
El pase de Ascurra ( Harper's New Monthly Magazine , 1870).
Soldado paraguayo ante el cadáver de su hijo , óleo de José Ignacio Garmendia (1841–1925).
Última foto del mariscal Francisco Solano López , tomada semanas antes de su muerte.
José Francisco Lacerda ( Chico Diabo ) mata con una lanza Solano López (Semana Ilustrada, nº 485, 03/27/1870).