[1] La buena cosecha de 1847 hace, efectivamente, bajar los precios, lo que molesta los productores, a quienes les cuesta vender sus mercancías.
Una crisis económica sacude este último sector, que se había desarrollado mucho desde 1840.
[3] En las ciudades, los panaderos sufren robos, y se producen situaciones tensas en los alrededores de los mercados.
[4] La natalidad baja, la mortalidad sube, mientras va apareciendo un sentimiento de miedo social que refuerza la desconfianza hacia el régimen.
[13] Sus dirigentes, principalmente Odilon Barrot y Porsper Duvergier de Hauranne, se dejan llevar hacia esta campaña.
[14] Este concepto tiene como objetivo implicar al «país real» en el debate a favor de la reforma.
[15] La particuliridad de estos banquetes es que se extienden hacia las provincias, a ciudades como Arrás, Ruan, Lille o Dijon, pero también a localidades más pequeñas generalmente tranquilas, como Compiègne, Saint-Germain-en-Laye, Châteaudun...
Por el contrario, ciudades más importantes, como Marsella, Burdeos o Nantes, no toman parte en ello.
[13] Los republicanos hacen creer que están divididos, jugando con la desinformación y los rumores de contenciosos entre los partidarios del Nacional y los de La Réforme, considerados como las alas derecha e izquierda del republicanismo.
Este acuerdo prevé la integración del ala izquierda en la campaña de los banquetes cuando «haya alcanzado cierto ritmo».
[21] Guizot, por otra parte, considerando que no hace falta ceder ante la amenaza, se niega a toda concesión.
La oposición dinástica decide, en un primer momento, desplazar el banquete a los Campos Elíseos, antes de cancelarlo.
Esta retractación de los moderados no basta para calmar el empeño republicano e insurreccional ya despierto, y Barrot constata, con despecho, el 21 de febrero, que «el carro está en marcha, y el pueblo estará en la calle mañana sin importar lo que hagamos nosotros».
Aparecen en primer plano personalidades republicanas, como Alexandre Ledru-Rollin, que realiza, en Lille, un brindis por el sufragio universal (masculino), cuando la oposición dinástica milita solamente por una ampliación de sufracio censitario.
[29] Otros oradores, como Alphonse de Lamartine o Louis Blanc, también se hacen notar.
Mientras que Marie realiza un brindis por «la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad» en Orleans, los brindis por el régimen en sí mismo desaparecen progresivamente, mientras que se aclaman las libertades fundamentales, sobre todo el 9 de enero de 1848 en Toulouse.
[30] Los banquetes eran también, como hemos visto anteriormente, medios para reunir a varias familias políticas contra el gobierno actual de un país.