[14] Ese mismo día, la población civil de Valencia se levantó a las órdenes del venezolano Juan Antonio Baquero y el fraile Pedro Hernández, desconociendo la Declaración.
[17] De inmediato, organizaron grupos armados que tomaron toda la ciudad, matando o arrestando a sus independentistas locales.
[2] El periodista monárquico José Domingo Díaz dice que los españoles de Puerto Cabello se mantuvieron en calma ante la rebelión,[19] pero el capitán H. J. Fraser del navío británico Avon declaró: «Los españoles europeos de Puerto Cabello han sido aprisionados y sus propiedades confiscadas: todos los buques han sido secuestrados allí y en La Guaira».
[nota 4] El capitán Fraser afirmaba: «La ciudad de Valencia se ha declarado contra esta medida [la independencia] y se dice que 4.000 hombres, al mando del general Miranda, marchan de Caracas a someterla».
[2] El presbítero Pedro Gamboa afirmaba «pues con solos quatrocientos hombres de guarnicion se oponian á quatro mil que la rodeaban [sic]».
[28] El «general de los nobles» fue desplazado, pues se requería a alguien con más experiencia.
Al parecer, no se fiaba de él, pues era pariente del desplazado marqués, y porque Bolívar deseaba expulsar a los europeos afincados en el país hasta que España reconociese la independencia, mientras que Miranda quería una política más conciliadora.
[31] Sin embargo, el reemplazó del marqués por Miranda, venido de la revolución francesa, sólo exacerbó el sentimiento religioso de los monárquicos y les animó a resistir, en especial a los corianos.
[32] El gobernador de Coro, coronel[nota 6] José Ceballos, envía soldados en apoyo a los realistas valencianos, pero fue un contingente pequeño porque sus fuerzas eran muy escasas.
[42] Irónicamente, meses antes, los jefes monárquicos en Guayana proponían grandes planes para una contraofensiva con recursos militares que carecían.
[nota 10] Según Gamboa, «en Coro habia armados unos mil quatrocientos hombres de buenas tropas».
[50] En cambio, el historiador venezolano Julio Febres-Cordero consideró que toda estimación es difícil de respaldar.
Económicamente, los realistas del mar Caribe estaban arruinados, la revolución en Nueva España había cortado el comercio de las islas Antillas con Veracruz, y Costabarría apenas pudo enviar 100 000 pesos con su flotilla a Coro, de las que nueve décimas partes siguieron a Maracaibo.
[44] En Maracaibo los realistas quedaron con 3 bergantines de guerra, dos goletas, la corbeta Príncipe y 18 a 20 oficiales de todas graduaciones, lo que para Gamboa hace aún más extraño que Mirayes no intentara ayudar a los valencianos.
[49] Los valencianos esperaron la ayuda y por eso resistieron un mes,[52] aún cuando se quedaban sin municiones o víveres.
[28] Ahí se encuentra con Pedro Peñalver, quien le ofrece las proposiciones de paz de los criollos valencianos, que aseguran estar dominados por los europeos y los pardos, quienes les impiden reconocer al Congreso.
[55] Miranda les envía un ultimátum a las 07:00 horas[56] con su edecán, el capitán Pedro Aynerich, esperando sin atacar hasta su retorno, sólo enviando partidas de reconocimiento hasta que los defensores abren fuego sorpresivamente contra sus tropas ligeras a corta distancia.
[nota 13] Semple dice que ambos bandos demostraron mucho valor, pero los monárquicos pardos una especial animosidad.
[4] Fue la primera vez los realistas armaron a esclavos negros ofreciéndoles su libertad si luchaban.
[4] El 8 de agosto los patriotas trasladan su cuartel general al Morro, dedicándose a prepararse mejor.
[68] El asalto se vuelve masivo a la jornada siguiente, penetrándose en las defensas y dándose una feroz lucha en las calles.
[30] Se rinde la flotilla en el lago, entregando sus cuatro a seis barcos,[4] tripulación, municiones y armas al servicio del general.
[71] Yanes sentencia sobre los republicanos: «El ejército tuvo de pérdida en esta campaña ochocientos muertos (…) y mil quinientos heridos».
[30] Ya en Caracas, sus rivales extendieron las noticias que no obedeció las instrucciones del gobierno durante la campaña.
[81] Como consecuencia de esta rebelión, el 21 de diciembre el Congreso sancionó la Constitución Federal, donde se dio autonomía a las siete provincias republicanas (Caracas, Cumaná, Barcelona, Margarita, Mérida, Trujillo y Barinas).