Debido a su nuevo rango, Grant llegó al Este para supervisar personalmente la lucha contra el confederado General Robert E.
Si bien el intento de McClellan en 1862 había minimizado las bajas para acercarse a la capital confederada, esa campaña finalmente fracasó.
Con maleza, árboles y terreno difícil, las fuerzas de la Unión tuvieron por ello dificultades para combatir a los confederados.
Los incendios en el bosque, que causaron los enfrantamientos, quemaron a los soldados heridos vivos, y reinó la confusión suprema.
Durante esos tres días Lee pudo detener a la Unión e inflingirla altas pérdidas.
Si bien Grant tuvo la idea correcta, Lee se movió demasiado rápido para ser superado.
Además de la pérdidas en la espesura, casi 60,000 hombres ya habían caído en unas pocas semanas.
[5] Para el 20 de mayo, Grant había decidido una vez más intentar su maniobra hacia el sudeste.
Allí otra batalla ocurrió tres días más tarde, que duró hasta el 26 de mayo.
Esa batalla, que fue inconclusa, debilitó aún más a los ejércitos, pero Grant no pudo romper el frente otra vez.
Grant ordenó a sus hombres atacar el 3 de junio, y sus tropas sufrieron enormes bajas sin lograr desalojar al enemigo.
Dejó además algunas tropas atrás para retener la atención del general Lee al norte del río James y luego movió a su inmenso ejército otra vez hacia el sudeste en dirección hacia el río James.
Sin embargo aun así no pudieron detener el progreso del ejército de la Unión hacia el río James.