Su denominación actual de Betis, hace referencia a como era conocido el río Guadalquivir en época romana.
[1][3] La obra del murallón se dispuso con la creación de un paramento dispuesto con falsas pilastras almohadilladas.
En el siglo XIX, se completó la obra con un zócalo que defendía al dique del desgaste de las aguas.
Durante un tiempo se convirtió en patio de vecinos, albergando actualmente un centro cívico municipal.
[7] Por su enclave privilegiado en la ciudad, muchos escritores han hablado de esta vía en sus obras, como Cervantes, Camilo José Cela, Luis Montoto o Antonio Burgos.
Rafael Laffón en la obra Sevilla del buen recuerdo, describe detalles de la vía en el año 1900.