Café pendiente (en napolitano: cafè suspiso; en italiano: caffè sospeso [kafˈfɛ soˈspeːzo]) es una práctica filantrópica que tuvo sus orígenes en Nápoles, Italia.
[1] La idea nació hace más de un siglo en Nápoles, Italia, y hoy en día sigue habiendo bares que la ponen en práctica.
Sin embargo, a diferencia de la propuesta original, los café dejados pendientes en los locales no podrán ser consumidos en dichos lugares.
En tanto, varios locales gastronómicos de Capital Federal y Gran Buenos Aires se sumaron a la propuesta.
A 10 meses de haber iniciado esta aventura, México ya cuenta con 550 cafeterías, fondas, taquerías, loncherías participando, traducidos en aprox.
El nombre es Café Pendiente, sin embargo involucra los platillos que sirva la cafetería o restaurante: tacos, tortas, sopas, ensaladas, tostadas, etc.
Para tal efecto, el establecimiento debe de tener a la vista un pizarrón anunciando los cafés o platillos pagados y los entregados.