Se considera a Mariano Montealegre como el principal impulsor del cultivo en la década de 1830-1840.
También los dos primeros Jefes de Estado Juan Mora Fernández y Braulio Carrillo brindaron su apoyo al desarrollo de la actividad cafetalera y vieron en el café un producto capaz de generar un crecimiento económico que beneficiara a la sociedad costarricense y la proyección de lo que sería la producción cafetalera en los años siguientes, convirtiéndose el café en el producto que le permitió a Costa Rica el desarrollo económico.
Posteriormente el gobierno la llevó a la Exposición Mundial de Chicago en 1893.
A partir de allí la principal actividad económica, social y cultural en general giró alrededor del cultivo y comercialización del café: política agrícola oficial (1821), primera imprenta (1830), titulación de tierras para el café (1831), emisión de moneda (1836), servicio de correos (1836), carretera San José – Puntarenas (1840), primera universidad (1843), primer hospital formal (1845), consolidación de la banca (1863), ferrocarril al Atlántico (1871), modernización urbana de la capital (1894), construcción del Teatro Nacional (1897), ferrocarril al Pacífico (1903), creación del Instituto del Café de Costa Rica (1933), entre otros eventos claves que incluyen la denominada “oligarquía del café” cuya influencia política alcanza el tercer milenio.
Utiliza un método de recolección manual y selectivo: solo se escoge el grano maduro.
En la actualidad los productores de café perfeccionan la orientación hacia la sostenibilidad ambiental, laboral, social y económica en todos los procesos.
Dada la creciente demanda nacional e internacional y los altos precios obtenidos por el café orgánico calidad gourmet, cada día cultivan más cantidad bajo esta modalidad.
Esto tiene varios efectos positivos: la descomposición de las hojas devuelve abundante materia orgánica al suelo; adicionalmente, en las plantaciones de alta pendiente contribuyen a impedir la erosión.
Las fincas cafetaleras constituyen, después de los bosques naturales, el segundo “bosque” en importancia en Costa Rica, contribuyendo con la conservación de las cuencas hidrográficas y a limpiar el ambiente.
Los cultivos procuran plantaciones con alta diversidad biológica y con bajas aplicaciones de agroquímicos.
Las ocho regiones cafetaleras reconocidas y sus respectivas temporadas de cosecha se ilustran en la siguiente tabla.
En los tres siglos donde se forjó la síntesis de tendencias que modelaron su inconsciente colectivo, la actividad cafetalera ha sido eje económico y catalizador social, tanto que el café es conocido hasta hoy como “el grano de oro”.
[16] "Cada carreta de bueyes se fabrica para producir su propio “canto”, un carillón único producido por un anillo del metal que golpea el cubo de la rueda cuando la carreta traquetea por los caminos.
Este proceso durante más de dos siglos ha creado una cultura muy particular, con rituales, tradiciones y mitos, que se asocian a un orgullo familiar y regional, sólo comparable con la cultura de la uva en Champaña en Francia o Jerez en España.
[18][19] En noviembre de 2012, el café Tarrazú Geisha pasó a ser el café más caro vendido por la empresa Starbucks, desplazando del primer lugar al jamaiquino Blue Mountain.
UU. y que se puede comprar incluso por internet en múltiples soportes como pegatinas para autos, portaplacas, jarras, lápices, etc. Se desconoce su origen, pero algunos la atribuyen a José Duval, un actor estadounidense involucrado en los primeros anuncios de Juan Valdez.