[2] Junto con el mueyu, o cabra montés portuguesa (Capra pyrenaica lusitanica), que se extinguió en 1892, es una de las dos subespecies de cabra montés que se han extinguido.[5] Cabe aquí recordar la diferencia en el ADN del bucardo con respecto a otras subespecies lo que le convierte en un animal único.La caza fue tan intensa que hacia el año 1900, la subespecie pirenaica ya se había extinguido en Francia.La competición con otros ungulados silvestres y especies domésticas por los recursos alimenticios también pudo contribuir a su extinción.[2] En 1913, la especie ya iba a ser considerada como extinta, pero se supo que algunos animales habían sobrevivido en la Zona del Parque de Ordesa y Monte Perdido.En 1989, el Gobierno español financió dos estudios: el primero fue «censar la población del bucardo», demostrando que existían 11±4 individuos vivos.En todos los casos, estos animales no llegaron a adaptarse y sobrevivieron poco tiempo.Se pudo comprobar que alguna bucarda quedó gestante midiendo los niveles de estrógenos totales en sus heces recogidas en campo,[11][12] pero no se observó ningún parto ni ninguna cría.En 2001, el Instituto Nacional de Investigaciones Agraria y Agroalimentaria (INIA) financió un proyecto para poner a punto la tecnología necesaria para realizar la clonación en la cabra doméstica y aplicar dicha tecnología a la recuperación del Bucardo.Normalmente los embriones clónicos se transfieren a hembras receptoras de la misma especie para su gestación.La revista Theriogenology otorgó un reconocimiento al trabajo publicado por Folch y col.La clonación es una vía poco efectiva para la preservación de especies y solo debe utilizarse cuando han fallado los otros métodos reproductivos.No obstante, en casos como el bucardo, la clonación es la única posibilidad para evitar la completa desaparición.Los trabajos realizados con el bucardo animan a conservar tejidos y células de las especies en peligro ya que podrían ser necesarios en el futuro para aplicar planes de recuperación basados en la clonación.Por el contrario, un sector cercano al naturalismo, ecología, científicos y biólogos, considera inviable en el momento actual crear una población de bucardo que pueda sobrevivir en plena naturaleza alegando que, aunque nacieran hembras de bucarda, no existirían machos para cruzar con ellas.Esta técnica ha tenido éxito en razas de varias especies domésticas pero no se ha aplicado a animales salvajes.Existen intereses económicos y cinegéticos para la introducción de la subespecie C. pyrenaica hispanica en zonas pirenaicas donde vivía el bucardo.Cataluña, donde se halla el hábitat idóneo de Aigüestortes, no se opone a la reintroducción pero considera que antes debe solucionarse un problema: la superpoblación de muflón y gamo en la zona.Igualmente la cabra montés es polivalente, habitando tanto roquedos como pinares o bancales abandonados, por lo que no existe impedimento biofísico para su restablecimiento pirenaico.