Luis Noval Ferrao
Noval ingresó en el Regimiento de Infantería «Príncipe» n.º 3 y fue trasladado a Melilla.Aquí están los moros», para advertir de la trampa, muriendo en la refriega que se produjo entre rifeños y españoles.La historia de Noval llegó a España convertida en mito del patriotismo y el sacrificio en una campaña militar rechazada por muchos.[1][2] También otras ciudades españolas le rindieron homenaje, como el monumento erigido en 1912 en la plaza de Oriente de Madrid, obra del escultor Mariano Benlliure, y restaurada en 1982 por el escultor Miguel Ángel López Calleja.[3] Por su parte, literatos como Francisco Jiménez Campaña,[4] Julio Sánchez Godínez[5] o León Castillo[6] le dedicaron obras dramáticas.