Cántaro pirenaico vasco

Por la forma, algunos especialistas lo incluyen en la familia morfológica que componen el doll gerundés documentado ya en el siglo XV, la pedarra vasca documentada en el XVI, el botijo vizcaíno de Larrauri,[nota 1]​ y el orjol occitano.

Además de en el País Vasco francés (Iparralde), fue cántaro aguador típico en Gascuña, Bretaña y Alta Normandía, componiendo un curioso capítulo etnográfico su presencia en la historia de la pintura francesa.

Con muy diversos nombres (péga, pegar, pedar, en ocasiones topónimos como «cagnotte»...) se ha documentado su fabricación en alfares del siglo XIX en las Landas,[nota 2]​ Algunos estudiosos franceses, como Alexis de Chasteigner, propusieron la tesis de un posible origen romano o etrusco, otros lo asocian con un pasado carolingio, con ramificaciones etimológicas en los «krug» alemanes, el «kruic» flamenco, las «krukka o crocca» escandinavas o la «brocca» (jarra) italiana.

Hoy —siglo XXI—, en la lengua francesa, cruche es término comodín que igualmente se aplica a una jarrita que a un cántaro del país vasco.

En conjunto, todo parece indicar que la cruche à l'eau o "cruche" a secas,[1]​ es hija, morfológicamente hablando, del matrimonio alfarero entre el botijo y la pedarra.

Cántaro pirenaico, pegar, péga, pegarra o pedarra, cruche à l'eau, cagnotte"...
Tres modelos de cantarilla francesa (cruche á l'eau), también consideradas jarros o jarras. Abajo, a la derecha, una brocca italiana.