Bursera simaruba

Tiene una corteza interna verde y brillante, con cloroplastos que ayudan en la fotosíntesis durante la estación seca.

Crece casi en cualquier parte, como puede verse en la imagen tomada en el Ingenio Bolívar de San Mateo (Estado Aragua, Venezuela).

Un ejemplo interesante de árbol con posible empleo para reforestar pendientes, aunque sean muy inclinadas y en suelos muy pobres.

En Honduras, se lo considera un «árbol prendón» (o sea, que fácilmente «prende» si simplemente se clava una estaca en el suelo), como el madriago (Gliricidia sepium) y el piñón (Jatropha curcas), que se utilizan para postes en cercas vivas, podando las ramas de cada año para leña o nuevos postes (prendones).

Es árbol oficial de Danlí (El Paraíso, Honduras), donde también se le llama jiñicuago o jiñicuao.

También se prepara un agradable ponche con la corteza puesta a hervir y con un huevo de gallina agregado.

En la región de Colima en México este árbol es conocido como palo mulato, papelillo y cuajiote.

Sería, pues, árbol sarnoso, precisamente porque la cutícula de su tronco y sus ramas se desprende notablemente.

El sabio cubano Juan Tomás Roig lo recoge en su libro Plantas medicinales, aromáticas o venenosas de Cuba.

[5]​ De él señala: es muy conocido en toda la Isla, como tónico estomacal, en los resfriados y en las diarreas.

Se aconseja ingerir por la mañana y por la noche el cocimiento de las hojas para tratar los padecimientos del riñón.

En el siglo XX, Maximino Martínez la refiere para abscesos, como antierotálica, antidisentérica, para enfermedades venéreas, hemorragias del estómago, gastroenteritis e hidropesía.

[7]​ Algunos investigadores creen que los indígenas del centro-norte de Venezuela denominaban este árbol como «guatiri» o «guatitiri».

Ejemplar joven de indio desnudo ( Bursera simaruba )
Vista del palo mulato ( Bursera simaruba )
Detalle del tronco
Hojas
Frutos