Bululú
Su origen se localiza en Galicia hacia finales del siglo XVI, si bien el espíritu del personaje debió de inspirarse en la juglaría medieval italiana y en el teatro renacentista.[3] En la entretenida descripción de Villandrando (presentada como un diálogo teatral), se menciona al cura del pueblo como improvisado y eficiente 'empresario' que preparará la representación del cómico forastero y organizará la recolecta de monedas del ocasional público, en el que según Rojas no podrán faltar el barbero y el sacristán (hipérbole de público menguado).La mayor gracia y habilidad del cómico, que irá presentando a los concurrentes cada uno de los personajes, será darles voz a todos, cambiando de registro tras los inevitables "agora sale la dama" o "le responde el galán".La técnica elemental del bululú, dando vida camaleónicamente a su narración y obligando al espectador a usar su imaginación, será recuperada muchos siglos después en puestas en escena populares tan actuales como puedan ser la del humorista de televisión o el cuentacuentos.[5] En otros países de habla hispana, como Venezuela, el término bululú pasó a denominar algarabía, alboroto, tumulto, trapatiesta o riña.