Ñaque

Ñaque es el nombre que en el siglo XVII recibían las compañías de cómicos ambulantes compuestas por dos únicos actores.

En él puede leerse que su repertorio teatral se componía de algún que otro entremés, un fragmento de un auto y las rimas de octavas y loas; piezas que solían acompañar con el repiqueteo de un tamborino o un pandero.

[2]​ Según Villandrando, "vivían contentos, dormían vestidos, caminaban desnudos, comían hambrientos y en el invierno con el frío no sentían los piojos", y su característica física principal eran las barbas de zamarro.

[3]​ Cuenta Cervantes que se atribuye al actor Navarro el mérito y osadía de quitarles el hábito de dejarse la barba a estos y otros cómicos...

Concretamente, el espectáculo de ñaque se recrea en la obra Ñaque o de piojos y actores (1980) del dramaturgo José Sanchís Sinisterra.