Cómico de la legua

Cómico de la legua es el comediante nómada que en el Renacimiento y durante el Siglo de Oro español, solo o formando pequeñas compañías, hacía sus representaciones en pequeñas poblaciones de un circuito rural que recorría a pie, en caballerías o carros.

[4]​ También Deleito, citando a Casiano Pellicer,[5]​ menciona el escrito que en 1647, el cómico Ortiz, dirige a Felipe IV, para que interceda en la moralidad de la farándula, contando que "...suelen estar en las compañías no permitidas hombres delincuentes y frailes y clérigos fugitivos; y con capa de representantes, y de andar siempre de unos lugares en otros, se libran y esconden de las justicias, viviendo con grandes desórdenes y escándalos...".

En otro clásico de la picaresca, el Estebanillo González, queda referida una cita que puede servir de telón, si en la anterior era pluriempleo, ahora será impago:

En 1985, el actor español Fernando Fernán Gómez rindió homenaje a la vida de los cómicos ambulantes de la postguerra española en su novela El viaje a ninguna parte, que luego llevó al cine con el mismo título.

Componiendo quizá también el último cuadro quijotesco y tragicómico de una bojiganga cervantina del siglo XX.

Un cómico de la legua de la bojiganga de Maese Angulo el Malo, según ilustración de 1837, aparecida en el Quijote de Viardot (capítulo XI del tomo II: El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha ).