En la actualidad, y al igual que a lo largo de toda su historia, se consideró a esta unidad y los regimientos que le precedieron con su nombre como una pieza fundamental en la caballería española.
Su antepasado más antiguo es el Regimiento del Rey, originalmente denominado Trozo de Milán por tener sus orígenes en esta ciudad italiana.
Prim, al ver que todavía permanecían marroquíes en unas lomas que cerraban el extremo sur del valle y al divisar las fuerzas de Infantería y Caballería en una cañada, decidió atacarlos.
Pero en vez de detenerse entonces, los húsares divisan el campamento marroquí, por lo que continúan la carga y penetran en un estrecho desfiladero.
Su gallardía les costó cara: las bajas sumaron 50 hombres y 59 caballos.
Sólo 2 oficiales resultaron ilesos; los 2 comandantes fueron heridos, así como 3 capitanes; murieron 2 tenientes.
Respecto a la carga, el historiador militar Martín Arrúe escribió que "fue brillantísima y oportuna hasta que llegaron a la cañada; temeraria desde que se internan en esta; absurda al invadir la hondonada y llegar hasta el campamento marroquí [...] y siempre heroica".
Mientras tanto, la Infantería había conseguido rechazar al enemigo tras una serie de furiosos asaltos a la bayoneta.
Prim compensó su imprudencia derrochando valor personal, al encabezar un asalto blandiendo la bandera del Regimiento de Córdoba.
Tras ocho horas de combate, sus batallones se hallaban exhaustos y muy mermados, a diferencia del enemigo, que recibía constantemente refuerzos.
El batallón del Príncipe estaba en peligro de quedar aislado y ser aniquilado.
El objetivo es ayudar al gobierno afgano a extender y ejercer su autoridad e influencia en el territorio, así como a crear las condiciones necesarias para la reconstrucción y estabilización del país después de la guerra.