[8] Sadat recibió el premio Nobel de la Paz en 1978 y fue asesinado en 1981 por extremistas islámicos que le consideraban un traidor.
[13] El político copto lideró varias delegaciones a la Organización para la Unidad Africana y encuentros francoafricanos.
Su carrera política nacional se estancó como ministro de Asuntos Exteriores y vice primer ministro debido a su condición religiosa (cristiano-copta) y la tradición de reservar este puesto a musulmanes.
Butros-Ghali siempre hizo caso omiso a los insultos y las críticas a las que ya estaba acostumbrado por negociar el acuerdo egipcio-israelí de Camp David por el que recibió mucha saña del mundo árabe, el cual le consideraba un traidor.
Consideraba que la ONU debía llevar a cabo “misiones de 2ª generación” con la paz como núcleo, pero también el alto al fuego y los derechos humanos.
Las misiones estadounidenses se centraron en el desarme selectivo para evitar la violencia, pero fracasó al dejar a ciertos grupos dotados de armamento.
Durante la Operación de las Naciones Unidas en Somalia I la ONU mandó tropas para asegurar que la ayuda humanitaria pudiera entregarse adecuadamente.
Esta situación no hizo más que enzarzar las relaciones entre Butros-Ghali y el gobierno de Washington.
Marruecos continuaba reclamando ese territorio mientras que la ONU y el Frente Polisario demandaban un referéndum.
Marruecos incluyó al Sahara como una provincia más en las elecciones de 1993 y Butros-Ghali pospuso el referéndum hasta 1994.
A pesar de esta petición, las tropas no intervinieron ese día ni los siguientes y la violencia se extendió por el país.
Los cascos azules no tenían la capacidad para imponer paz y su función fue la de hacer llegar ayuda humanitaria.
[8] Butros-Ghali se mostró reacio involucrar a la ONU en Bosnia, sabiendo que era inútil pedir a las fuerzas de paz que actuaran como observadores imparciales y enemigos de la agresión Serbia al mismo tiempo.
Si es así fueron arrastrados por la falta de determinación en los Estados Unidos y Europa, no por las fallas del secretario general.
Cuando Butros-Ghali accedió al cargo, Naciones Unidas ya tenía sobre el terreno una serie de efectivos desde 1989 para cumplir los acuerdos Tripartito y Bilateral.
En 1994 se firmaron los acuerdos de Lusaka, pero poco después la guerra volvió a empezar.
[19] La ONU y Butros-Ghali jugaron un papel fundamental en el conflicto salvadoreño que tenía inmerso al país en una guerra civil desde 1979.
Esto volvió a empeorar las relaciones entre los Estados Unidos y el secretario general Butros-Ghali.
[8] Butros-Ghali como alto cargo electo en un organismo multilateral mostró su compromiso con la imparcialidad y la preservación del equilibrio de poder, evitando las injerencias estadounidenses.
[22] Los Estados Unidos con el fin de la Guerra Fría intentaban aprovechar al máximo su papel en el Nuevo Orden Mundial mediante el unilateralismo y la imposición del neoliberalismo global, posturas que Butros-Ghali rechazaba contundentemente.
El carácter anti-ONU del partido conservador, las intervenciones en Somalia, Ruanda y sus críticas a la OTAN por los bombardeos en Bosnia, sumado al desprecio estadounidense por los organismos multilaterales, lograron el gran escepticismo de los gobiernos americanos hacía el político egipcio.
Los Estados Unidos amenazaron con vetar la candidatura si se presentaba de nuevo al cargo y eso fue lo que sucedió.
De esta manera Butros-Ghali se convirtió en el único secretario general en ser vetado en una reelección.
Continuó apoyando a las Naciones Unidas como presidente de la sociedad para el desarrollo internacional desde el 1997 hasta el 2000.
También trabajó para algunos think tank dedicados al desarrollo y a los derechos de los países más pobres.
Aconsejó al presidente egipcio Abdel Fattah en la política económica y exterior del país.
Recibió múltiples premios, fue nombrado doctor honoris causa en numerosas universidades y academias.