[7] Esto puede rápidamente resultar en transiciones hacia paisajes infértiles donde relativamente pocas especies pueden subsistir.
[9] Las algas (kelp, en inglés) que constituyen este tipo de ecosistemas corresponden a macroalgas pertenecientes al orden taxonómico Laminariales (filo: Heterokontophyta).
), aunque hay numerosos otros géneros como Laminaria, Ecklonia, Lessonia, Alaria y Eisenia.
Asimismo, en su entorno se avistan muchas aves y mamíferos marinos, incluyendo focas, otarinos, ballenas, nutrias, gaviotas, golondrinas de mar, garcetas, garzas azuladas, cormoranes, así como pequeñas aves litorales.
[13] La claridad del agua afecta la profundidad a la cual una cantidad de luz suficiente puede ser transmitida.
[8] Las macroalgas están primariamente asociadas con aguas templadas y árticas a nivel mundial.
Por ejemplo, un dosel de Macrocystis puede extenderse muchos metros por sobre el lecho marino hacia la superficie del océano, mientras un sotobosque de Eisenia y Pterygophora se elevan solo unos cuantos metros bajo éste.
La densa infraestructura vertical con doseles suspendidos por encima forman un sistema microambiental similar a aquel observable en un bosque terrestre, con una región de dosel arbóreo soleada, una zona media parcialmente a la sombra, y un lecho oscurecido.
[18][19][20] Por ejemplo, en los bosques californianos de Macrocystis pyrifera, los nudibranquios Melibe leonina y los camarones esqueleto Caprella californica están fuertemente asociados con los doseles superficiales; el pez Brachyistius frenatus, el pez de roca Sebastes spp.
están fuertemente asociados con los rizoides del alga, mientras varios herbívoros tales como erizos de mar y abulones viven bajo las macroalgas postradas; muchas estrellas de mar, hidroides y peces bénticos viven entre los ensamblados bénticos; corales solitarios, varios gastrópodos y equinodermos viven sobre las algas coralinas incrustadas.
El efecto por remover una especie depredarora en este sistema, difiere de Alaska ya que hay redundancia en los niveles tróficos y otras especies depredadoras pueden continuar regulando la población de erizos.
[25] Ejemplos similares se han reportado en Nueva Escocia,[26] Sudáfrica,[27] Australia[28] y Chile.
Cuando hay una cantidad suficiente de alga a la deriva, los pastoreadores herbívoros no ejercen presión sobre las plantas a las que se adjuntan; en caso contrario, impactan directamente en la estructura física del ecosistema.
Al trabajar en escalas espacio-temporales más pequeñas, pueden controlar la presencia o ausencia de factores bióticos y abióticos específicos para descubrir sus mecanismos operativos.
Una teoría sostiene que los bosques de algas que se han extendido desde el noreste de Asia a la costa americana del Pacífico habrían proporcionado muchos beneficios a los antiguos navegantes.
[60][61] Los bosques de algas son valorados para actividades recreativas como el buceo y piragüismo.
[6][56] Aunque estas medidas pueden ser efectivas en un sentido, no necesariamente protegen por entero al ecosistema.
Las áreas marinas protegidas ofrecen una solución única que involucra no solo a las especies objetivo para la cosecha, sino también a las interacciones que los rodean y el medio ambiente local en su conjunto.
[64][65] Beneficios directos de las áreas marinas protegidas a la pesca (por ejemplo,efectos secundarios) han sido bien documentados alrededor del mundo.