Mediante el movimiento las bolas interiores golpean con las exteriores y realizan una especie de efecto vibratorio, produciendo sensaciones placenteras.[2] En las prácticas sexuales taoístas estas bolas livianas se han utilizado durante siglos.Expertos del sector sexológico, ginecológico y fisioterapeuta recomiendan su uso a mujeres que acaban de dar a luz con el fin de que la musculatura pélvica recupere su forma anterior al embarazo.También es recomendada para mujeres que sufren incontinencia urinaria leve y tengan un tono musculatura perineal aceptable.Además, las bolas chinas en concreto, mejoran la lubricación vaginal notablemente y es un efecto que se nota desde los primeros usos.