Bodegón de caza, hortalizas y frutas

Otras hortalizas se alinean en esta especie de alféizar, ventana o fresquera, marco geométrico del que parecen sobresalir como un trampantojo: tres zanahorias y dos rábanos.

En 1835 le fue incautado, junto con el resto de su colección, por haberse adherido a la causa carlista.

Aunque este museo fue absorbido en 1872 por el Prado, el cuadro no pasó a éste, puesto que once años atrás (1861) la colección le había sido devuelta al infante, permaneciendo en poder de sus herederos hasta su compra por el Prado ya a finales del siglo XX.

Destacan en este bodegón el abigarramiento, extraño al pintor ya que solía preferir las composiciones sencillas y de pocos elementos, y el realismo de los elementos representados.

Como es usual en los bodegones de Sánchez Cotán, las viandas se sitúan en un marco iluminado contra un fondo absolutamente negro, lo que permite resaltar su volumen y sus texturas.